ESBOZO DE UNA DÉCADA: ESCUELA DE DERECHO UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE – ANTOFAGASTA.
Dr. José Antonio González Pizarro
Universidad Católica del Norte
Antofagasta
La Universidad del Norte, nacida en 1956, por ley de la república, había sido prohijada bajo el alero de la Iglesia Católica, a través de la Universidad Católica de Valparaíso.
En sus inicios se pensó establecer una Escuela de Derecho la cual, finalmente no prosperó pos no contar la ciudad con los recursos profesionales que asumieran la responsabilidad docente.
Empero, cuando la Universidad retornó al seno de la Iglesia, en este caso dependiente del Arzobispado de Antofagasta, se tuvo dos objetivos claros: uno, no dejar duda alguna, que se trato siempre de una universidad eclesial, ahora en 1990, bajo el nombre de Universidad Católica del Norte; y dos, dado el cierre del área de las Ciencias Sociales en la Universidad derivado del gobierno del Rector Jorge Alarcón, en los inicios del decenio de 1980, la Universidad y su comunidad anhelaba poder resarcir esta ausencia académica en la región. Es así entonces que, durante el rectorado de D. Juan Tomicic , se comienza en el año 1992 a gestar la idea de crear la Escuela de Derecho simultáneamente en Antofagasta y Coquimbo.
Para este efecto se encomendó al Secretario Docente de la Facultad de Humanidades, Dr. José Antonio González Pizarro, una comisión de servicio entre los días 27 al 29 de julio de 1992 para “gestionar convenio con la Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica de Chile, respecto a la creación de la Carrera de Derecho por la Universidad Católica del Norte, en sus sedes de Antofagasta y Coquimbo”. Esa comisión estuvo integrada por la Sra. Victoria González Stuardo, abogado, Secretaria General de la Universidad, y el Sr. Roberto Miranda, abogado, entonces Asesor Jurídico.
En esa ocasión, el académico en cuestión pudo entrevistarse con el Arzobispo de Santiago, Monseñor D. Carlos Oviedo Cavada, quien habíase desenvuelto como Arzobispo de Antofagasta y primer Gran Canciller de la Universidad Católica del Norte. Recuerdo haber interrumpido una reunión de la Conferencia Episcopal de Chile que sesionaba en calle Cienfuegos, para poder exponerle a D. Carlos el proyecto universitario y pudiera introducirme adecuadamente en la Pontificia Universidad Católica de Chile donde a la sazón, era el Gran Canciller. Sus gestiones abrieron las posibilidades para que la rectoría de la P.U.C.Ch., apoyara en todo la concreción de esta idea-fuerza de nuestra Universidad. Una entrevista con el Sr. Jaime Náquira , Vicedecano de la Facultad de Derecho de la P.U.C.Ch, señaló la orientación que debía primar en malla curricular que iba a ceñirse a la vigente en aquella Casa de Estudios Superiores, en la medida que los recursos docentes existentes, lo hicieran viable.
Ese mismo día viajamos a Valparaíso donde acompañados por la Sra. González Stuardo y el Sr. Miranda, nos entrevistamos con el Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica.
El día 28 nos entrevistamos con la Sra. Cecilia Hermosilla, de la Editorial Jurídica de Santiago, inquiriendo sobre las posibilidades de la apertura de una sucursal en la nortina ciudad.
Paradojalmente, habíamos acudido a Santiago en vez de Valparaíso para fundamentar la fundación de una Carrera de Derecho, olvidándonos de la vieja matriz de la Universidad del Norte.
Como nada teníamos, el Vicerrector Académico, D. Exequiel González Balbontín, me había señalado estructurar una malla curricular provisoria donde inicialmente, figuraban asignaturas como Informática Jurídica, Derecho Romano, amén de las tradicionales. Buscamos los repertorios bibliográficos correspondientes a las dos primeras asignaturas.
Hacia fines del mes de agosto, como se nos había señalado la comisión de estructurar lo que concernía con la Carrera de Derecho, planteamos al Vicerrector Académico la autorización de formar un pequeño núcleo de abogados que orientara y nos asesorara en estas diligencias.
Acompañado de Alicia Vidal, nos entrevistamos con destacados abogados para auscultar su apoyo y reparos a la erección de una Carrera de Derecho, entre otros, Oscar Retamal Pino, Muhamad Tala, Ignacio Rodríguez y Carlos Marín Salas.
Informadas la Rectoría y Vicerrectoría Académica de los resultados obtenidos, planteamos que era necesario tener una persona, abogado, como la cabeza visible del proyecto jurídico. Hicimos notar en aquella oportunidad la sugerencia del Vice-Decano de la Facultad de Derecho de la P.U.C.Ch., respecto que era necesario designar al frente al más destacado abogado de la región. En Coquimbo estaba la abogado Sra. Luz María Reyes Santelices.
Resuelta la Universidad Católica del Norte a tener una Escuela de Derecho, cuyos estudios técnicos y económicos avalaban tal proyecto en la II y IV regiones, dio a conocer la noticia de la creación de la Carrera de Derecho en Antofagasta y Coquimbo a partir del año académico 1993, “La carrera en mención tendrá una duración de cinco (5) años y otorgará el Grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas”.
Las gestiones del Rector Juan Music ante el Rector D. Juan de Dios Vial Correa, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dieron los frutos esperados. Siempre como puente fundamental la acción de Monseñor Oviedo Cavada, las partes concluyeron en un “Convenio” entre ambas instituciones católicas.
La Pontificia Universidad Católica de Chile, “en cuyo seno la carrera de Derecho se ha caracterizado por su larga y exitosa trayectoria , con un prestigio de carácter internacional indiscutido”, rezaba el punto b del preámbulo del texto, se comprometía a través de su Facultad de Derecho, a una asesoría y apoyo académico en:
a) Información y evaluación de los planes y programas que en el ámbito de la docencia, investigación o extensión proyecte realizar en relación a su Carrera de Derecho.
b) Formación, selección y perfeccionamiento del cuerpo académico que tendrá la responsabilidad docente de la Carrera de Derecho.
c) Participación en la evaluación final, correspondiente a la temporal ordinaria, de todas las asignaturas obligatorias de carácter jurídico que integren en currículo de la Carrera de Derecho.
d) Participación conjunta en actividades de extensión que en el ámbito del Derecho organice esta Universidad.
El “Convenio” determinaba la coordinación a cargo del Vice-Decano de la Facultad de Derecho de la P.U.C.Ch, y los Directores de las Escuelas de Derecho de Antofagasta y Coquimbo.
Aunados los criterios curriculares y académicos, tanto de Coquimbo y Antofagasta, se pudo presentar por la Rectoría la nueva carrera ante el Consejo Superior de la Universidad.
El Consejo Superior, en su sesión especial 5/92, de 28 de diciembre de 1992, acordaba la creación de la Escuela de Derecho en Antofagasta y en la Sede Coquimbo.
En su resolución se establecía: “Las Escuelas creadas dependerán de la Vicerrectoría Académica en Antofagasta y de la Vicerrectoría de Sede en Coquimbo para todos los efectos académicos y administrativos. La Escuela estará a cargo de un Director y tendrá un Secretario Académico y un Consejo de Escuela”.
La comunidad regional ya tenía información que la Universidad Católica del Norte abría la Carrera de Derecho. Esto se vino a refrendar cuando, mediante Decreto Nº 1/93, de 4 de enero de 1993, se creaban las Escuelas de Derecho en Antofagasta y Coquimbo (en esta última sede, además la Escuela de Ingeniería Comercial), siguiendo literalmente lo establecido por el Consejo Superior y consignado que “en el caso de que una Escuela tenga menos de tres docentes con contrato indefinido, el Consejo de la Escuela será nombrado por el Vicerrector Académico o Vicerrector de Sede, a propuesta del Director y elegidos entre los profesores que atienden la docencia”.
Desde mediados del mes de diciembre de 1992 la Rectoría había tomado contacto con el destacado abogado D. Carlos Marín Salas. Las conversaciones posteriormente las condujo el Vicerrector Académico, quien propuso su nombramiento al Rector Music, mediante el oficio Nº 10/93 de 13 de enero de 1993.
Finalmente el 18 de enero de 1993, se nombraba al abogado D. Carlos Marín Salas, “a contar del día 1º de marzo de 1993 como Director de la Escuela de Derecho de Antofagasta, contrato a honorarios… con una dedicación de media jornada”.
Carlos Marín Salas, había cursado sus estudios de Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Chile en la década de 1960, y se había establecido en Antofagasta, al despuntar la década de 1970. Había sido abogado integrante de la Corte de Apelaciones de la ciudad y había proseguido estudios en la Universidad de Bolonia, en Italia, en el campo procesal.
Al asumir como Director de la Escuela contaba con amplio reconocimiento en el foro regional y contaba con uno de los Estudios Jurídicos de mayor prestigio.
Mi situación docente era extraña. Dependía del Departamento de Ciencias Sociales pero estaba en comisión de servicio en estas actividades; finalmente, en una reunión en la oficina de la Sra. Victoria González, donde estaban presentes el Rector y el Vicerrector Académico, se me notificó que era el nuevo Secretario Académico de la Escuela de Derecho, pero conservaba mi “unidad de origen”. De esta manera, el Secretario Académico se convertía, además, en Jefe de Carrera, como era el criterio que se había fijado para las Escuelas, según el Decreto 1/93: “El Secretario Académico será designado por el Director de Escuela y desarrollará, además de las labores que éste le indique, las del Jefe de Carrera”.
En el concepto de las autoridades universitarias, era necesario contar con una persona de trayectoria académica que, premunido del Grado de Doctor, orientara en lo necesario a la flamante Escuela de Derecho. Faltaba el personal administrativo para el funcionamiento.
La Sra. Hilda Pérez Longa, Digitador de información, estaba en comisión de servicios en la unidad de Crédito Universitario. Por Resolución de Vicerrectoría Económica, fue asignada como Secretaria de Departamento a contar del 1 de marzo de 1993. Después de algunos meses de “tomar el ritmo” del trabajo en la novel Escuela, Hilda transformó las labores administrativas en una perenne demostración de eficiencia y eficacia. A su acción como Secretaria de la Dirección se le adicionó, en los hechos, la de Asistente Administrativa. Su labor sería reconocida como modélica en el estamento administrativo y en el estamento administrativo y en las autoridades universitarias.
Faltaba el lugar físico donde funcionaría la Escuela.
En la década de 1970, cuando la Universidad todavía tenía abierta las facultades de Educación y de Ciencias Sociales, se había destinado un pabellón (actual lugar de Cuentas Corrientes), el docente de Filosofía Daslav Petricio, había erigido una estatua: “Il Pensiero”. Después del cierre del mencionado Departamento y de varias vicisitudes con ese pabellón, allí se había establecido la unidad de los Asistentes Sociales y el Orientador Vocacional, se consideró como el lugar idóneo para los inicios de la Escuela. Una estructura con cuatro dependencias: Oficina del Director, Oficina del Secretario Académico, Oficina de la Secretaría del Departamento, oficina de reunión. Alhajado convenientemente se pudo comenzar a funcionar y aguardar a los alumnos. Contaba con dos computadores IBM PS 325 T ¡Joyitas avanzadas en el periodo! Para apoyar las tareas administrativas y docentes.-
El interés despertado en la región por la apertura de la Carrera de Derecho significó que postularan 1.096 alumnos egresados de enseñanza media de todo el país de ésta. Finalmente fueron seleccionados 64 alumnos cuyos puntajes oscilaron entre los 738,9 el más alto y 649,6 el más bajo.
A los 64 seleccionados se incorporaron 8 alumnos vía ingresos especiales, totalizando el primer año 72 alumnos.
La sala de clases destinada de modo exclusivo para la carrera de Derecho fue la Audiovisual K-120 A del pabellón “Rvdo. P. Miguel Squella S.J.”.
Esa preferencia no sólo distinguió a los alumnos de la Escuela por su comodidad integral, sino que despertó los comentarios de otras unidades. El inconveniente fue que los alumnos se vieron aislados de la comunidad estudiantil. Aun cuando los alumnos de la carrera de Periodismo fueron los encargados de apadrinar a los nuevos “mechones” universitarios. Las carreras de Periodismo y Derecho eran las únicas del área de las Letras y/o Humanidades que ofrecía la Universidad Católica del Norte.
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